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El cuidado de un tatuaje recién hecho es crucial para que sane de forma correcta, mantenga su definición y conserve los colores intensos. Entre los productos más mencionados está la vaselina, pero su uso debe entenderse con precisión. Estudios dermatológicos sobre cicatrización indican que la piel necesita humedad controlada y buena oxigenación; aplicar una capa demasiado oclusiva puede alterar este equilibrio.
La vaselina es uno de los productos más mencionados cuando se habla del cuidado de tatuajes. Su función principal es crear una capa protectora que reduce la fricción y evita que la piel recién tatuada se irrite durante los primeros procedimientos. Sin embargo, estudios dermatológicos indican que no siempre debe usarse durante la fase de cicatrización, ya que su oclusividad intensa puede atrapar humedad en exceso y dificultar la oxigenación del área.
El kaolín es una arcilla mineral compuesta principalmente por silicato de aluminio hidratado. Su estructura fina, ligera y no abrasiva lo convierte en uno de los ingredientes más versátiles y seguros en el cuidado personal. Hoy es común encontrarlo en mascarillas, desodorantes, shampoos, limpiadores y productos para piel sensible gracias a su capacidad de absorber impurezas sin resecar.
El cabello rizado necesita productos que respeten su forma natural, aporten hidratación y eviten el frizz sin dejarlo pesado. A diferencia del cabello lacio, los rizos requieren fórmulas equilibrantes que limpien sin resecar y emolientes naturales que definan sin apelmazar.
El cabello fino o debilitado puede deberse a factores genéticos, estrés, contaminación o daño acumulado por calor y productos agresivos. Un shampoo engrosador actúa desde la raíz para fortalecer la fibra capilar, mejorar su densidad y dar una apariencia más abundante y resistente.